Sobre nosotras

En 2021 me quedé embarazada de mi primera hija, Irati. Antes de dar a luz, comencé a investigar sobre crianza activa y respetuosa, y fue entonces cuando descubrí el mundo del calzado barefoot. Nunca había oído hablar de él, pero me pareció fascinante. A medida que me informaba sobre sus beneficios, entendí que no era solo una opción diferente de calzado, sino un cambio necesario para la salud de nuestros pies.  

En 2022, el calzado convencional desapareció de nuestro hogar: mi marido y yo ya solo usábamos barefoot.  

Conforme pasaban los meses, me daba más cuenta de que Bilbao necesitaba una tienda especializada en este tipo de calzado, un espacio donde las personas pudieran probarlo, tocarlo y encontrar el modelo que mejor se adaptara a su pie. Al mismo tiempo, mi segunda hija, Mare, estaba en camino, y supe que la conciliación en mi anterior trabajo no sería posible. Era momento de cambio.  

En mi barrio había una antigua fontanería, «La fontanería de Beni», conocida por todos y que siempre me había parecido un lugar especial. Cuando la pusieron en venta, lo vi claro: era el momento de abrir La descalza.  

El local estaba bastante deteriorado, así que nos pusimos manos a la obra. De hecho, la reforma la hizo mi aita, utilizando mobiliario reciclado que ya teníamos. Todo lo que hay en la tienda tiene historia: muebles de la familia, de amigos o piezas antiguas del pabellón de mi aita. Quisimos mantener la esencia del lugar y rendir homenaje a su pasado. Por eso, mi marido restauró la plegadora que se usaba en la fontanería -una máquina de una tonelada- y hoy forma parte del expositor de la tienda.  

Desde el principio, queríamos que La descalza fuera algo más que una tienda: un espacio único, con personalidad y con una atención cercana. Un lugar donde podamos asesorarte y ayudarte a encontrar el calzado barefoot que mejor se adapte a ti.  

Os esperamos con los brazos abiertos.